Monday, December 26, 2016

► Historias misioneras. Belize 2016

Abuelito a quien cuidamos en la aldea de Santa Martha

LA ESQUINITA DE DIOS,

     Todos saben que soy misionera voluntaria, lo que significa que mi pago financiero sucede en formas muy creativas, aveces cada mes, o quincena, o semana o día. Pero siempre que me preguntan: ¿Cómo te mantienes?, y yo respondo: “Dios provee”, todos se quedan frustrados y me dicen: “Si, ya sé, pero ¿cómo es eso?, la verdad es que la frustración viene de los dos lados, yo también me frustro en tratar de contestarles porque la verdad es que NUNCA SÉ  lo que eso significa tampoco. Sólo sé una cosa: Nunca me falta nada y Dios enviará los recursos como él quiera y en el momento que vea conveniente.
     Mil necesidades
     Uno de estos días, tenía que pagar por la cuota del asilo de un ancianito que rescatamos porque su hijo drogadicto estaba abusando de Él. También tenía una niña de 14 años con retraso mental que estaba vendiendo su cuerpo para comprar papas fritas porque tenía hambre. Tengo el club de niños de ministerio infantil a quiénes enseñamos a leer y escribir porque están reprobando todas las materias de la escuela, y también algunos alumnos en MOVE que estaban orando  porque sus familias no habían podido ayudarles a pagar la comida de la semana. Pagué algunas de las cosas y cuando el dinero se acabó me sentí desdichada… ¿Por qué no has enviado más? Le pregunté al Señor. ¿Qué voy a hacer ahora?... Esta gente depende de mí… ¿o nó?
      Tu esquinita
     La respuesta a esa pregunta me golpeó como un balde de agua fría, claro que no dependían de mí, pero siempre me olvido de la realidad, todo esto es responsabilidad de Dios, y mi responsabilidad es trabajar para él, como él me mande. Esa mañana oré con todas mis fuerzas, pidiendo a Dios que fuera misericordioso con nosotros y me ayudara a entender nuestro trabajo en equipo. Así que en mi pizarrón de pared marqué una esquinita y le dije a Dios: “Señor, esta es tu esquinita, aquí marcaré las cosas de las que Tú estás encargado y el monto total de dinero que se necesita para cada una de ellas, yo haré lo que me pidas, cuando me lo pidas, pero no quiero preocuparme más por lo que no puedo hacer, Tú tienes el control.”
      Depósito en Efectivo
     Mientras pasaba por toda esta angustia, Ray uno de los misioneros estaba en la oficina de al lado investigando algo sobre aviación en internet. Ray y yo casi nunca hablamos así que él estuvo ahí por casi una hora, mientras yo oraba y leía mi Biblia, pero un silencio total envolvía las Oficinas y justo cuando yo terminaba de escribir mi lista de cosas que Dios tenía que hacer, ví a Ray salir por el pasillo y después lo oí regresar, se asomó a mi oficina y me dijo: “Olvidé decirte, pero hace unos días, cuando llevé a uno de nuestros visitantes al aeropuerto, él me dijo que te diera este dinero y dijo que era para lo que tú ya sabías, algo de unas necesidades en la aldea de Santa Martha, aquí te lo dejo porque ya llevo días sin entregártelo”.
     Así o más divertido
     Cuando Ray salió, conté el dinero y me di cuenta que era exactamente lo que había anotado en la esquinita y un poquito más. Yo no podía creerlo. Dios lo había vuelto a hacer. Cuando ya pensaba que lo había visto todo, que lo había experimentado todo, Dios de nuevo me demuestra que Él tiene todo bajo control, aún a su hija rezongona que de vez en cuando olvida, que lo más divertido de servir es esperar en las sorpresas de Dios. Yo podía ver a Dios sonriendo traviesamente, diciéndome al oído: “¿Te gustó así, o lo quieres más divertido?, porque aún tengo más para mostrarte”. Oh SEÑOR te amo con todo mi corazón, y no puedo esperar el día en que pueda ver ese rostro majestuoso y sonreír junto contigo porque eres lo mejor que me ha pasado.

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