Monday, December 26, 2016

►Inundación en el jardín

Planta de tomate de la huerta en MOVE


INUNDACIÓN EN EL JARDÍN

     Esta pequeña historia es sólo para recordar lo increíble que es el amor de Dios por las cosas pequeñas. A veces los grandes milagros nos impactan, pero la verdad es que son las cosas pequeñas las que construyen nuestra vida de fe, y a Dios le preocupan tus cosas pequeñas tanto como las grandes.
     Miércoles de paz
     Los miércoles en la noche son mi único momento de solitud y lo atesoro grandemente. Mi responsabilidad durante las clases es interminable y aunque cada mañana tomo al menos una hora para estudiar mi Biblia y orar, cada miércoles a las 6:30 de la tarde, cuando todos los grupos de evangelismo salen a las iglesias yo disfruto de un tiempo de restauración espiritual.
    Cena
     Una vez que todos se fueron, tomé mi plato, me senté a la mesa y respiré profundo; de pronto como por arte de magia una desesperación intensa por hacer algo me llenó de energía. Me levanté de la silla con el plato en mano, miré para todos lados, y luego me di cuenta que no tenía nada en mente. Me estoy volviendo loca -pensé-, me volví a sentar y mientras comía otro bocado, la ansiedad de hacer algo me llenó de nuevo… Confundida me levanté y comencé a lavar los platos sucios, razoné que tal vez terminar de limpiar la cocina primero me daría paz para cenar tranquila.
     Caminata por el jardín
     Mientras lavaba los platos, miré hacia el huerto y un pensamiento entró en mi mente: “Quiero caminar por el huerto cuando termine de comer”. Pero mientras más miraba hacia el huerto más ansiosa me sentía por salir y caminar por él.  Pero, ¿para qué?, no lo sabía, sin embargo, las ganas eran tan fuertes que ni siquiera la comida parecía importante. Finalmente como si no pudiera controlar mis propias ganas, decidí sólo caminar a través de los surcos y regresar a comer. Salí como soldado marchando directamente hacia el jardín.
     Inundación
     Al llegar al inicio del surco me di cuenta de algo extraño… un gran sector del huerto estaba inundado, las pobres plantitas recién trasplantadas estaban casi flotando, pero ¿Qué pasó?, unos metros más adelante se hallaba el problema, una de las mangueras de riego se había reventado por la presión del agua y el agua salía a borbotones con gran presión. Corrí rápidamente para unir los extremos, requirió algo de fuerza y una buena mojada, pero tan pronto como las mangueras estuvieron conectadas, mi deseo infranqueable de caminar por el jardín había desaparecido.  Estaba sorprendida por la forma tan maravillosa en la que Dios me guió hacia el huerto ese día. Él estaba cuidando esas pequeñas plantas, y cuidando del dinero que con tanto esfuerzo se ha ahorrado para que tengamos, agua, electricidad y una saludable comida.
     La  dulce voz de Dios
     No puedo decirte exactamente como Dios obra en la vida de los seres humanos, pero puedo decirte por experiencia que en su infinito conocimiento y poder Dios puede guiar a sus hijos de formas inexplicables para otorgarles el bien que tanto anhelan. Es fácil confundirse cuando tienes sonidos por todos lados, los ruidos del mundo nos hacen imposible escuchar la voz de Dios y muchas veces la voz de Satanás es aceptada como la voz divina, pero si de verdad deseas escucharlo, si quieres ver su poder en tus pequeños y grandes problemas, debes rendirte a Él, darle un tiempo para hablarte y acallar todas las otras voces que te mantienen distraído. Dios no hace más porque no se lo permitimos, pero el poder de la conducción divina está a tu alcance hoy, mañana y todos los días de tu vida.

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